sábado, 5 de noviembre de 2011

A Century of Ashes by Martin Cid


When my teacher of Ethic forced me to make a work about Tobacco and its good and bad effects on people, I was really angry: ‘My God!, I thought, another stupid boring work about a stupid boring subject that it is only interesting for politicians looking for votes.’
At home, I told my mother about my worries:
‘Oh, she said, I was just now reading a novel about tobacco. It is the story of a family who has a snuff planting in the United States. They obtain a special tobacco, a pipe tobacco very popular before the 1st World War. Afterwards, the new fashion of cigarettes ruins their business. The novel is full of strong jokes and the author tells a complete history of the smoking habit. I think you would like it.’
I started to read the novel and, yes, I enjoyed it. It was hilarious and I liked the main characters. Women were evil and men crazy people fighting for nothing, maybe for the pleasure of being alive (only sex and smoking was ok for them).
I wrote a good work (I think), with a good introduction (3 pages) of the Smoking Habit History, with other 3 pages of its bad effects and other 3 of the smoking pleasures. I concluded that one of the best things that you could do during the 20 century, it was smoking, a quiet habit in a world of wars.
The teacher was disappointed with me. It’s a shame.
I am excited about Martin Cid, my new favorite author.

lunes, 4 de octubre de 2010

Los nazis y sus métodos de propaganda

El escritor Martín Cid (http://www.martincid.com/propaganda) acaba de publicar el ensayo "Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción" (ed. Akrón, 2010) sobre los métodos de propaganda política que investigaron los nazis basándose en el cine ruso y que han influido en el siglo XX. Os dejo aquí unos videos que se han realizado sobre el ensayo.
VIDEO I

VIDEO II

VIDEO III

VIDEO IV

lunes, 14 de junio de 2010

Viaje a Oriente, de Martín Cid


El fantasma sólo nos contempla y sólo el fantasma nos contempla y nos mira directamente, casi sin recordar el pasado que hasta allí le trajo, que hasta ese momento quiso olvidar el reflejo de su alma en vilo.
Lo vi un solo momento y un solo momento me vio, atrapado en un lugar que desconoce, en ese lugar que me vio también nacer y me verá morir porque nada transcurre entre sombras y reflejos y cae, cae para volver a alzarse y volver a mirarme. ¿Soy yo? Me responde el viento que llora.

Un día nací pero ya no lo recuerdo, ¿hay alguien capaz de hacerlo? Ayer -me dicen las sombras-, hoy –repiten los ecos-, despierta –me dicen los difuntos-, pero ayer ya estaba muerto. Me soñé ebrio y cansado, ¿qué me queda esperar? Crucé despacio y me despedí de ella, caída también en el piso sin respiración. Aún sentía su aliento suave sobre mi cuello: ¿vendrás? Quiero verte morir sin ojos –dijo-. Déjame aquí y atraviesa la calle con los ojos cerrados, yo permaneceré a este lado, mirando. Y así me miró y la vi morir. Aún siento su última respiración. Dicen que los chamanes eligen el momento de su muerte. Simplemente, ya no respiran. La lucha ha terminado al fin y ya su último aliento se deposita en el aire. Ha comenzado a descomponerse lentamente y a caminar en otra forma y deposito su cuerpo aún caliente en la acera y obedezco. ¿Quién es capaz de contradecir la última voluntad de una mujer? Cerré los ojos y caminé hacia delante. Ella ahora me mira, caminé hacia ella en sentido contrario a su cuerpo, hacia ella siempre. Sólo duró un momento que apenas ya recuerdo. Vino por la derecha y simplemente ya no estaba. Es delicioso recordar el momento de morir. Sólo un momento más y ella volverá. Es delicioso sentir las carnes fallecer y la sangre caer y otra vez volver otra vez al lugar del que vinimos. Me aferro a esos últimos momentos y me aferro a su respiración callada. ¿Me viste morir? Pregunté al regresar. Sólo silencio. ¿Dónde estaba? En la oscuridad, todo es ruido del pasado en un puzzle en el que no encajan las piezas y ella ha desaparecido. ¿Es oscuridad? A veces alguna alma me roza pero sigo viendo los fantasmas al otro lado, fantasmas que no puedo tocar. Es un esfuerzo terrible y allí la busco a través de los ojos de otros y la veo en la misma postura, en la misma calle. ¿A qué esperas? Ella simplemente calló un momento antes de volver a respirar ahogada. Cuando los chamanes, otra vez, decidieron volver. Desfalleció un momento y con la boca de otro fui yo mismo quien le dijo: ahora vendrás conmigo, cruza la calle, amor mío, cruza la calle. Un desconocido se acerca y le presta auxilio. Ella se levanta y él la toma de la mano, la mano que en otro tiempo yo tocaba y la misma mano que ahora se aferra a otros brazos para aferrarse también a la vida que yo dejé, a la respiración que ya no siento y al calor de unos brazos que no son los míos. Ven conmigo, amor mío, ven a esta oscuridad solitaria en la que no estás y ven de nuevo y ven y corre con los ojos cerrados. Ya suenan las sirenas y viene la ambulancia. ¿Qué haréis con mis restos desperdigados ahora? Te sigo pero mis pasos son torpes en este nuevo estado. Volveré a ti, amor mío, volveré a verte otra vez.
Porque ahora, por siempre, habitaré en tus sueños.

Leer sobre Martín Cid:

http://www.martincid.com/biografia.php

http://www.yareah.com/magazine/index.php/literature-literatura/793-viaje-a-oriente

martes, 18 de mayo de 2010

La asignatura de Historia del Arte en España


Os dejo aquí un artículo interesante sobre el bachillerato.

por Isabel del Río
http://www.isabeldelrio.es

¿Por qué es famosa España? ¿En qué campos del saber hemos sobresalido? ¿En cuáles, tal vez, hemos sido los mejores? Desde luego nadie contestaría que la ingeniería o la química han sido nuestro fuerte; podrían algunos seguramente y con motivos señalar la medicina o la marina; pero nadie discutiría que en literatura y arte hemos dejado nombres y obras de influencia universal y especialmente en pintura, durante los siglos XVII al XX, son nombres de españoles quienes sobresalen en el panorama internacional: Velázquez, Goya, Picasso… abanderados por ellos no puede haber muchas dudas a la hora de responder a las anteriores preguntas.
¿Cuál es sin embargo la salud interna del arte en nuestro país hoy? ¿Se invierten esfuerzos y dinero a nivel institucional para seguir promocionándolo? ¿Conocen los jóvenes el nombre y la obra de quienes sentaron las bases de nuestro bagaje cultural? Parece difícil contestar con optimismo. En la educación secundaria obligatoria no se estudia ni Arte ni Historia del Arte y, más chocante todavía, en el bachillerato prácticamente tampoco. Los alumnos que elijan los que tradicionalmente denominamos “de ciencias” no deberán invertir ni un solo instante en pararse a pensar en el significado de lo que el arte es, y los “de letras” tampoco tienen por qué hacerlo pues la asignatura es una optativa del último año que, además y en función de un rígido juego de grupos de materias a elegir, no todos tendrán que estudiar y algunos, aunque lo deseen, tampoco podrán hacerlo: por ejemplo, los que vayan al denominado Bachillerato de Sociales.
El arte es patrimonio humano y tan indisolublemente ligado está a la esencia misma de nuestra especie que es la realidad material más palpable que nos diferencia de otros homínidos o de cualquier póngido superior. El arte es la mejor forma de expresar nuestra región irracional, tan basta y necesaria como la racional. El arte además no tiene fronteras ni sexos ni alberga luchas intestinas que vayan más allá del avance en su propia investigación y capacidad expresiva: es por naturaleza fuente de unión y entendimiento, y algo muy necesario para superar confrontaciones trasnochadas.
Cada país tiene sus luces y sus sombras, igual que cada historia o grupo humano. Sin embargo, España ha dado tantas luces en el terreno artístico que no parece juicioso (tampoco económicamente, factor determinante en las políticas de quienes nos dirigen) que seamos nosotros precisamente quienes reduzcamos su estudio y no nos aprovechemos (máxime en épocas de crisis) del prestigio y saber que poseemos y que nunca debiéramos olvidar.
El saber, en cualquier terreno, es siempre recomendable. Es bueno que incidamos en todos los campos y que sentemos las bases para ir consolidando una tradición en aquéllos en que no la hemos tenido, pero es casi suicida olvidar lo que ya teníamos.
Vengo repitiendo en diversos artículos de diferentes medios de comunicación el error histórico que supone no incluir a mujeres artistas de la historia en nuestros programas de estudios: Sofonisba Anguissola, Lavinia Fontana, Catharina van Hemessen, Artemisia Gentileschi… trabajaron en o para España y gozaron de enorme reconocimiento por sus trabajos, pero tampoco es muy sorprendente este vacío cuando los manuales que se usan en los institutos contienen los mismo textos y láminas que los de hace veinte años. No ha habido modificación porque no hay interés en esta asignatura. Nada ha cambiado aunque sí lo hay hecho, y mucho, la sociedad. No es fácil que nuestros alumnos estén preparados en conocimientos artísticos cuando se ha arrinconado el arte a favor de otras disciplinas que se actualizan y cambian constantemente, a veces excesivamente, a veces incluso con fatuidad.
Me da pena cuando constato que la mayoría de los actuales alumnos de Bellas Artes de Madrid desconocen ser los herederos de la Academia de San Fernando, donde estudiaron los mejores. ¿Pasaría esto en Gran Bretaña, siempre tan celosa de sus tradiciones? ¿Pasaría en Francia, donde han hecho hasta de la guillotina un símbolo? ¿Por qué pasa entonces aquí?

***Isabel del Río (http://www.isabeldelrio.es) es autora de la novela Ariza (ed. Alcalá, 2008) y del ensayo Las Chicas del Óleo, pintoras y escultoras anteriores a 1789 (ed. Akrón, 2010). Dirige la revista cultural Yareah magazine.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Yareah magazine publica "Nueve meses en la Luna"


Con lo mejor de los últimos meses, Yareah magazine ha publicado un libro recopilatorio de literatura. Yo también aparezco en él. Un honor.


Ver:

miércoles, 8 de julio de 2009

Ares - Marte: Dios de la Guerra, Dios de los Hombres en Yareah magazine


por Rodrigo Martín (artículo Bilingüe)


Ares-Marte era el dios de la guerra de la antigüedad de las religiones politeístas griega y romana. Sin embargo, los escritores y expertos en mitología no le han dado una mínima importancia.
A los atenienses no les gustaba este dios(aunque luego le dedicarán el Areópago) pero sí a sus “compadres” espartanos(tenían una estatua encadenada de él para que la victoria nunca se fuere), a los tebanos, tracios, escitas, romanos e incluso hunos: véase mito de la espada de Marte. Pero, claro, los atenienses han sido los más importantes con su adoradísima Atenea (en realidad una deidad cuasi local) y su lengua gorda como… bueno, no sigo...


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